Animalejos
Alégrate,
querida anima,.. ah llegado la hora de los insectos. No
es tan extraño anhelar la salvación habiendo con tan poco
camino.
La noche es helada, negra y apretada, pero no temas,
nublado espíritu tiritante.. yo despegaré tus almas de las garras de Belzebú..
pues el nombre de Dios es grande y su abrigo misericordioso.
Alégrate, pues no sabes si vas o vienes,. como animalejo
expulsado del jardín de la creación, hayamos escogido en todo el uso de nuestra
libre elección, ser adoptados por un ser caritativo, pero hermoso al mismo
tiempo.
Pero un poco antes de salvarte, déjame sorber un poco o algo de ese humo blanco, oscuro, pero dulce que brotan de tus ojos.
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